Infoantropología
ESTUDIOS DE LA
ANTROPOLOGÍA SOCIAL
En la primera unidad aprendimos lo que es la ciencia antropológica, los conceptos claves para su estudio y las diferentes escuelas antropológicas.
En esta unidad haremos un interesante recorrido por los estudios de la antropología social. Entenderemos al hombre como un ser social y generador de cultura, dado que una de las grandes preocupaciones de la ciencia antropológica ha sido analizar y comprender cómo el hombre se convierte en creador de cultura.
De igual manera conoceremos el concepto de cultura, así como los fenómenos culturales.
El estudio de los fenómenos culturales te permitirá observar que existen apreciaciones extremas sobre los comportamientos sociales relacionados con adaptaciones o rechazo hacia culturas distintas a las propias, con normas y valores, creencias religiosas, así como visiones del mundo también diferentes.
De igual forma te darás cuenta que la Antropología Social se ocupa de la forma en que las personas viven en sociedad, y que gran parte de la investigación antropológica se basa en trabajos de campo llevados a cabo con diferentes culturas, así como que los métodos de investigación de la antropología son tan variados como sus distintos temas de estudio.
Tradicionalmente el trabajo de campo se llevó a cabo en el medio rural o agrario, en la actualidad también se realiza en zonas urbanas. Los antropólogos sociales estudian a las sociedades contemporáneas, a menudo mediante la observación de la conducta humana, mientras que viven y trabajan en esas comunidades. Esto se denomina "observación participativa".
El hombre como ser social y generador de la cultura
Una de las grandes preocupaciones de la ciencia antropológica ha sido analizar y comprender cómo el hombre se convierte en un creador de cultura. Por ello, gran parte de la investigación antropológica se basa en trabajos de campo llevados a cabo con diferentes, culturas. Los trabajos de campo que describen la producción de alimentos, la organización, social, la religión, la vestimenta, la cultura material, el lenguaje y demás aspectos de las diversas culturas, engloban lo que hoy se conoce como etnografía. Estos estudios a menudo son mediante la observación de la conducta humana mientras viven y trabajan en comunidades. Esto se denomina "observación participante".
Así, la etnografía proporciona información sobre la vida social. Una vez que sabemos cómo se ven las cosas dentro de un determinado grupo, es probable que alcancemos una comprensión más profunda de por qué determinadas personas actúan de una manera dada.
Tradicionalmente, el trabajo de campo se llevó a cabo en el medio rural o agrario. Los antropólogos ahora también se pueden encontrar en las zonas urbanas.
Grupos sociales
Los grupos son formas de convivencia social que tienen vida propia, independientemente de la de los individuos que los constituyen, y cuentan con una organización que hace posible la acción común.
Se entiende por grupo social el conjunto de personas cuyas relaciones se basan en una serie de roles o papeles, que se encuentran interrelacionados; que participan en un conjunto de valores y creencias, y que además son conscientes de sus valores semejantes y de sus relaciones recíprocas. Asimismo, los miembros de un grupo deben tener la capacidad de diferenciarse a sí mismos frente a los miembros de otros grupos sociales. Por ejemplo, en la familia se encuentran los elementos del grupo social en virtud de que se presenta una interacción regulada por determinados patrones de conducta, existen valores y creencias compartidos, o bien semejantes.
Dentro de los tipos de grupos sociales podemos considerar a los primarios y a los secundarios. Los primeros son aquellos que presentan relaciones de intimidad entre sus componentes que no se dan entre los segundos.
Los grupos primarios son aquellas formas de asociación natural o voluntaria en las que los individuos comparten una serie de valores y conductas sin necesidad de que estén formalizadas. Se basan fundamentalmente en la simpatía y el afecto, aunque a veces intervienen otros elementos como el respeto o el temor.
Así, los compañeros de clase, el grupo de amigos que se reúnen para jugar, la pandilla juvenil y los integrantes de una generación escolar constituyen grupos primarios, los cuales se identifican por no existir otro fin específico que el de ser un grupo.
Por ejemplo en las "bandas", forma de organización de un enorme número de jóvenes en barrios marginales y zonas fronterizas de México; en ellas, sus miembros están vinculados por lazos afectivos, más que racionales, y tienen una serie de relaciones no institucionalizadas pero sí integradas en un código interno tácito y generalmente inviolable. La observancia o no de esas reglas silenciosas está en relación directa con la pertenencia al grupo; aquel que no las cumpla será excluido o expulsado. El premio al cumplimiento es simplemente pertenecer.
Aunque por lo general se piensa que los jóvenes se asocian en la banda para poder delinquir, lo cierto es que la banda constituye un fin en sí misma. El grupo no importa como medio sino como resultado; la agresividad, la violencia, el lenguaje degradado o inventado y aun los actos delictivos son importantes para los "chavos banda" porque los identifican como integrantes de un guipo frente al resto de una sociedad (Puga, 1989,22).
El guipo primario por excelencia es el de la familia, a la cual no se pertenece por decisión individual, sino por haber nacido en su interior y por aceptar sus reglas internas.
Además de los grupos primarios, los individuos pertenecen a otros, llamados secundarios, cuyas relaciones están delimitadas por reglas establecidas y por un ingreso formal. Un sindicato, un partido político o una asociación de padres de familia entran en esta segunda clasificación, que incluye las formas de agrupamiento basadas en la elección racional de cada miembro y en determinados fines últimos que se persiguen a partir de una acción colectiva; la solución a problemas laborales, en el caso de un sindicato; la toma del poder, en el partido político, o el mejoramiento de las instalaciones escolares, en el de la asociación de padres.
En todos ellos se requiere que cada persona haya tomado la decisión de pertenecer al grupo y haya aceptado someterse a los reglamentos correspondientes.
Una comunidad puede definirse como un guipo específico de personas que reside en un área geográfica determinada, comparten una cultura común y un modo de vida, son conscientes del hecho de que comparten cierta unidad y que pueden actuar colectivamente en busca de una meta. Ejemplos de comunidades son las aldeas, los pueblos, las ciudades, los vecindarios y las regiones metropolitanas.
Antropología rural
La comunidad rural casi siempre se caracteriza por el trabajo de tipo agrícola y por mantener vínculos familiares muy fuertes. Las relaciones interpersonales entre sus miembros son muy fuertes y están caracterizadas por pautas de comportamiento tradicional, es generalmente informal y hay una fuerte tendencia a mantener siempre las mismas costumbres, muy arraigadas. Todas las actividades económicas, religiosas y recreativas tienen lugar alrededor de la familia; la institución religiosa es muy arraigada y con mucha frecuencia comunidades enteras participan juntas en las ceremonias y ritos religiosos. La economía está basada principalmente en la agricultura. Sus estructuras sociales se prestan para establecer relaciones sociales más directas entre los miembros de las distintas comunidades, manifestándose las relaciones de reciprocidad, esto es, de ayuda mutua.
La antropología rural es una especialización de la antropología social que enfoca sus teorías y métodos en los estudios sobre la estructura (relaciones económicas, políticas, sociales e ideológicas) y organización social (instituciones), mitos, magia, religión, parentesco, formas simbólicas y normas compartidas por grupos sociales compuestos por campesinos, cuyas condiciones de vida nos permiten calificarlos como "rurales".
Antropología urbana
El modo de vida urbano es considerado con frecuencia como un estilo menos deseable de vida que el rural. Las relaciones entre la gente que vive en las ciudades tienden a ser impersonales, anónimas y temporales. La ciudad combina una gran heterogeneidad de población, en la cual para una persona es relativamente fácil pasar desapercibida, así como ser excéntrico, ''normal'1 o como le plazca. La vida urbana se vuelve anónima e impersonal, debido a que los individuos pueden conocer solamente una pequeña proporción de gente a su alrededor. La actividad económica dentro de las ciudades da lugar a una gran variedad de trabajos, es decir, existe una gran división del trabajo, desde el comercio, hasta la producción en las grandes fábricas.
La cultura urbana presenta una gran diversidad de manifestaciones debido principalmente a la alta densidad poblacional, complejidad de sus integrantes en el desarrollo de sus relaciones sociales de producción, desarrollo económico, heterogeneidad cultural y vínculos sociales.
De lo anterior se desprenden diferentes modos de vida, existe gran diversidad cultural básicamente dada por las desigualdades sociales, que se manifiestan en el tipo de vivienda, relaciones familiares, comportamiento religioso, valores éticos y morales, el lenguaje y el aprovechamiento de tiempo libre.
Como parte de la cultura urbana se encuentran otro tipo de manifestaciones o movimientos de rebelión contra la cultura dominante. Podemos hablar por ejemplo de las culturas de los "darketos", "cholos", "los panchitos", "punkies" y otros grupos con intereses comunes, los cuales se han formado por adolescentes preocupados por reforzar una identidad que ni la sociedad ni la familia les proporcionan.
Así, desde la perspectiva de los antropólogos urbanos, el interés en las ciudades ha reafirmando la pretensión tradicional de la antropología a ocuparse de una variedad de culturas y sociedades humanas.
En teoría, la antropología urbana implica el estudio de los sistemas culturales de las ciudades, así como los vínculos de las ciudades con otras poblaciones, es decir, se denomina antropología urbana a una especialización de la antropología social o cultural que se desarrolla en espacios urbanos.
Fenómenos de la cultura
Cultura, subcultura y contracultura
Cultura
La palabra "cultura" deriva del verbo latino colere, que significa cultivar. Como vimos en la Unidad I, se concibe a la cultura como un conjunto de elementos materiales y no materiales que determinan el modo de vida de un pueblo.
Lo material incluye técnicas, utensilios, pautas sociales, lenguaje, sistemas sociales, económicos, políticos y religiosos que el hombre crea y adapta de manera directa al entorno físico de acuerdo a las necesidades sociales y biológicas humanas; lo ,no material incluye todos aquellos principios acordados de convivencia, como son los valores, normas, creencias, moral, costumbres, los hábitos, es decir, la forma en que se desarrollan las relaciones sociales.
En este sentido, se afirma que el ser humano depende de las necesidades psíquicas, que se resumen en la religión, la moral, la ética, y conocimientos que necesita. No sólo las invenciones tecnológicas han servido para la adaptación del hombre a su entorno, sino que también ayudan en esto los valores y las formas de pensar de cada sociedad.
Los humanos como grupos sociales, formamos sociedades y maneras particulares de vivir, a lo que llamamos cultura, la cual es heredada de nuestros padres, por lo que guarda patrones de tradición que se ven modificados por los avances tecnológicos y que dan lugar a la difusión de nuevos sistemas de valores.
¿Te das cuenta?, la antropología no te define un concepto acabado de cultura.
García Canclini (1987) afirma que para saber qué es cultura tenernos que atravesar por un gran bosque de definiciones y árboles, cada una de las disciplinas científicas forma su propio concepto, reducido al cultivo del hombre. Por ejemplo, para el sociólogo todos los seres humanos desarrollados en un núcleo social que comparten creencias, valores, costumbres, tradiciones y educación, poseen una cultura.
Por este motivo, la cultura se convierte en una manifestación grupal, permitiéndoles a sus miembros mantenerse adheridos al grupo, con sus propios valores.
De ello se deduce que el papel fundamental de la cultura en la sociedad es la identidad y la cohesión social; es decir, no es rígida, se presentan modificaciones
y luchas entre los valores y costumbres de los diversos sectores de la sociedad.
De ahí que los especialistas de la antropología han preferido dar sentido a las cosas que hace el hombre de manera cotidiana para definirla. La cultura entendida como suma de las manifestaciones humanas aprendidas y heredadas, como lo es el lenguaje, la danza, la religión, el arte, las costumbres, las creencias, la técnica, la moral y el conocimiento en general que el hombre pueda adquirir como miembro de una sociedad. A estas manifestaciones se les denominan UNIVERSALES DE LA CULTURA, los cuales se encuentran en cualquier tiempo y lugar.
A continuación se presentan:
Economía y tecnología: actividades económicas y nivel de desarrollo tecnológico —utensilios e instrumentos y medios de trabajo.
Lenguaje: formas diarias de comunicarse el hombre.
Estructura doméstica: familia y roles que desempeña cada uno de los miembros que la integran.
Organización política: autoridades representativas.
Religión: cosmovisión del mundo.
Jerarquía religiosa: autoridades religiosas.
Educación: nivel educativo y valores.
Tradiciones, costumbres y hábitos: prácticas socioculturales rutinarias —generacionales—; modas —regularmente por imitación—; y prácticas cotidianas.
Arte: pintura, arquitectura, monumentos, etc.
Folclore: cuentos, leyendas, mitos, proverbios, música, danza, artesanías y diseño.
Características de cultura
Para la ciencia antropológica es preciso que todo fenómeno social sea explicado tanto desde el punto de vista social como desde el cultural, ya que cada uno se ve reflejado en los comportamientos sociales, y reflejan los valores y normas sociales de la sociedad a que pertenecen. Es por ello que los antropólogos intentan explicar cada elemento de una cultura concreta por su relación con los otros; intentan mostrar que las pautas de comportamiento se relacionan con los valores y normas de la cultura en que se integran. Para poder entender de manera apropiada a la cultura, debemos reconocer sus características particulares:
"La cultura a! mismo tiempo que es general es particular". Partimos del principio de que todos los seres humanos poseemos cultura, por ello es general o universal, pero en la medida que se agrupan por compartir condiciones geográficas, ecológicas, medio social, parecido físico, una historia común, entre otros, se convierten en particulares y distintas a las demás.
"La cultura al mismo tiempo que es dinámica es estática". Toda cultura es dinámica porque se mueve en sí misma, esto es, se modifica conforme avanzan las generaciones, en cada una de ellas surgen nuevos sistemas de valores que hacen que cambien sus formas de vida. Asimismo, la cultura permanece quieta porque no se mueve de lugar, son los individuos los que se mueven y se la llevan, pero la cultura por sí misma no se mueve; en cada movimiento interactúa con otras y hace que se desarrollen nuevas culturas.
"La cultura es totalizadora pero el hombre sólo conoce una parte mínima de ella". Todos los seres humanos, desde que estamos en el vientre de la madre, ya poseemos una cultura propia. Cuando nacemos, nuestros padres nos educan conforme a sus valores, y en ellos crecemos. Hay una relación estrecha entre individuo y cultura, basada en su heredad y en las necesidades que de ella se desprenden, aunque la tecnología ejerza influencia en el desarrollo de nuevos valores y creencias. Sin embargo, el exterior es diferente a lo nuestro, muestra lo que no alcanzamos a comprender, son otras ideas, otras visiones del mundo con otros códigos culturales que se reflejan en la conducta humana. Por ello, se afirma que la cultura es tan amplia; no obstante, sólo conocemos una mínima parte de ella, que es la nuestra.
"La cultura es un producto social". La cultura humana ha sido analizada junto con la conducta animal, explicando y poniendo énfasis en sus diferencias por la existencia de procesos en los que se desarrollan. Lo que diferencia la conducta cultural humana de la animal es el modo de cómo estas conductas se aprenden, ya que toda conducta animal es el producto de la imitación y la repetición; y la cultura del hombre se convierte en un producto social por su interacción comunicativa a través de un lenguaje hablado y expresado con formas simbólicas.
Se sostiene como producto social porque se caracteriza por la fabricación de instrumentos, que implica una capacidad para inventar nuevos comportamientos y nuevas soluciones para la satisfacción de sus necesidades.
"La cultura no es mucha ni poca, no es buena ni mala, ni correcta ni incorrecta, ni moral ni inmoral". Ningún individuo puede permanecer aislado, aunque se llame a sí mismo "antisocial", porque ha sido engendrado por otro ser humano, que es la madre, y si todo ser humano pertenece a una cultura, ésta se ve influenciada por el ambiente ecológico y diferenciado de otros; los elementos culturales que practica son reconocidos por el significado que les presta. Cada elemento cultural se manifiesta a través de signos que hacen referencia o evocan sentimientos o pensamientos acerca de algo distinto.
Desde el punto de vista de los especialistas de la antropología, cada patrón cultural tiene una razón de ser, y en los últimos años han sostenido que debemos tener cuidado en hacer juicios de valor con respecto a otras culturas, pues no es conveniente que dejemos al libre arbitrio todo acto de violencia que vaya en contra de los derechos humanos de todo individuo y aun del reino animal.
"La cultura es un todo". Cuando los antropólogos describen las culturas de los diversos pueblos, se refieren tanto a sus técnicas productivas como a sus formas de organización social, a sus creencias, a sus costumbres, etc. Desde esta perspectiva no se puede hablar de sujetos y objetos aislados, tienen que verse como un conjunto de elementos interdependientes y con rasgos particulares que no se superponen entre sí. En este sentido, la cultura es un todo súper orgánico, que se aprende y se transmite, pero también es creación, somos cultura creadora en acción, resultado del quehacer histórico de los diversos grupos de seres humanos y sistemas de símbolos compartidos que proporcionan sentido a nuestra vida, una forma de ver el mundo y de interpretar la realidad.
Subcultura
Cuando hablamos de cultura se alude a la aceptación y seguimiento de valores y normas generales por parte de la mayoría de los miembros de una sociedad; es decir, hablamos del consenso en la aceptación de normas y valores como válidos.
Sin embargo en un complejo social real funcionan diversos grupos que se diferencian entre sí porque, además de la adaptación que hacen de los valores generales a su práctica concreta, integran otros valores secundarios y formas de vida peculiares que sólo funcionan conforme a la propia estructura de ese grupo específico.
Tenemos por ejemplo a los jóvenes que se distinguen como un grupo por una serie de formas de ser y actuar, como su manera de vestir, su lenguaje, así como las imágenes que guían su actuación; todo ello los hace peculiares y característicos.
En este caso estamos en presencia de una subcultura que tiene origen en la categoría de la edad. Entonces el término subcultura se usa para definir a un grupo de personas con una serie de comportamientos, creencias, actitudes, costumbres que les diferencia de la cultura dominante de la que forman parte.
Los conjuntos subculturales se conforman con base en diversas categorías: e dad, etnias, sexo, religión, ocupación, entre otras. Es decir, ámbitos que enmarcan el quehacer de los individuos y les otorgan un papel específico.
El ejemplo de la vida militar es algo común para ilustrar la noción de subcultura. La vida militar posee valores y normas de la cultura tales como la disciplina y la obediencia, pero se distinguen de las estructuras culturales globales por la forma peculiar en que se asumen.
Contracultura
Por otra parte, hay grupos en el seno de la sociedad que rechazan y enfrentan los valores y normas de la cultura, sustituyéndolos por otros propios y exclusivos. A estas manifestaciones se les denomina contracultura, la cual a diferencia de la subcultura, sí se rebela en contra de los valores vigentes y los desafía. Es decir, la contracultura son los valores, tendencias y formas sociales que chocan con los establecidos dentro de una sociedad. Por ejemplo el movimiento hippie de los años 60 y el movimiento punk de finales de los 70.
Un buen ejemplo para hablar sobre contracultura son las tribus urbanas, que se manifiestan a través de movimientos y expresiones juveniles que adquieren distintos sentidos y significados, con el fin de enfrentar y trascender lo establecido y ser parte de un grupo; o los delincuentes dentro de los cuales el prestigio y reconocimiento está representado en sus propios marcos, de esta manera el que más transgrede los valores, el más violento, es el más respetado y suscita admiración y reconocimiento del grupo.
Podría afirmarse que en los grupos contraculrurales también se norma la conducta de sus miembros, sólo que los valores que la originan son contrarios a la cultura dominante.
Cabe aclarar que dentro de los grupos contraculturales existe una diferencia básica que denota dos tipos de asociaciones diferentes; en primer lugar, los grupos contraculturales pasivos, cuyos valores sólo son válidos para el conjunto de los miembros que pertenecen a tal grupo. Por ejemplo, hay grupos de delincuentes que muchas veces estructuran un código secreto de conducta sustentado en sus propios valores, a la cual sólo tienen acceso los integrantes del grupo. En segundo lugar existen los grupos culturales activos, cuyos valores se ofrecen a la sociedad como alternativas, por ejemplo, los grupos hippies de los años 60, los cuales tenían una oposición a los valores vigentes y además aspiraban a establecer los suyos como alternativas a la estructura cultural dominante.
Diversidad sexual
Bajo este término se alude a la gran pluralidad de prácticas y creencias que regulan la expresión sexual en las distintas culturas del mundo.
La diversidad sexual es un tema polémico por estar asociado a la sexualidad, la cual es una dimensión de la personalidad. El hombre y la mujer son seres sexuados, lo que significa que expresan permanentemente su sexualidad a través de su condición de género (masculino, femenino). Sin embargo, la historia de la sexualidad está llena de tabúes y prejuicios. Por lo general, lo que se asocia al sexo, por mucho tiempo se ha considerado pecaminoso, sucio y perturbador.
Muestra de lo anterior es que si se hace referencia a una parte del cuerpo humano, por ejemplo las manos, difícilmente existen apodos que enmascaren su nombre. Sin embargo, cuando se habla de genitales son múltiples los sobrenombres; si la referencia es a los genitales femeninos en el caso de la vulva, o a los genitales masculinos como al pene, existen múltiples formas de nombrarlos desde las más infantiles, hasta otras que llegan a la vulgaridad y que no vale la pena mencionar. Esta situación se ha generado desde nuestras culturas como una forma de ocultar el nombre real o esa parte del cuerpo por considerarlo obsceno.
Así, el nivel de tolerancia, respeto y aceptación de las diferentes formas en que los individuos expresan su sexualidad, son un modo de expresión de la cultura en una sociedad dada. En cada sociedad se expresa la sexualidad de acuerdo a las tradiciones y costumbres que practiquen, dando como resultado la variedad de manifestaciones que ocurren en este aspecto social.
Las normas que conforman y regulan el comportamiento social van condicionando en cada sociedad lo que es aceptado. Calificar como bueno o malo determinado comportamiento está en función de lo que cada sociedad asume como adecuado o natural. Pero las normas en cuanto al comportamiento humano están sometidas a los cambios del contexto, por lo que las sociedades varían sus normas con su evolución histórica.
La diversidad no sólo abarca expresiones sexuales, sino que dentro de ellas se focaliza lo relacionado a la orientación sexual, asociada a la atracción en cuanto al sexo, y la identidad sexual como otra de sus dimensiones.
La orientación sexual se manifiesta en tres direcciones: la heter9S.exual. Que responde a la atracción de un sexo por el otro (del hombre hacia la mujer y viceversa); la homosexul. Que ubica a las personas que se sienten atraídas sexualmente por otras personas del mismo sexo (del hombre hacia el hombre, o de la mujer hacia otra mujer); y la bisexual, que identifica a aquellos cuya atracción se inclina tanto hacia el hombre como hacia la mujer.
Existen muchos análisis sobre el asunto, lo cierto es que los científicos aún no tienen un acuerdo sobre la naturaleza y origen de estos comportamientos. Sin embargo, en términos de aceptación o rechazo social, en relación a la homosexualidad y bisexualidad, existen diferentes actitudes de acuerdo al grado de homofobia (rechazo a personas con orientación homosexual o bisexual) que existen la comunidad de que se trate.
La identidad sexual, que es la otra dimensión de la diversidad, agrupa a lo travestís, que son las personas que sienten un deseo especial y permanente por vestirse con prendas del otro sexo; y los transexuales, que son los que no se sienten identificados con su sexo biológico y desean ser reconocidos como representantes del otro sexo, es decir, son incoherentes respecto a su sexo biológico. Sobre estas personas también recae cierto rechazo social, por las mismas razones de intolerancia hacia los homosexuales.
El respeto a la diferencia es un principio que no es asumido por todas las personas en el mundo, no obstante, las sociedades necesitan avanzar hacia la comprensión de que la aceptación de la diversidad favorece la integración de lo pueblos y sobre todo el acercamiento de los individuos que por sus singularidad de resultan minorías.
La discriminación sexual no tiene justificación, no favorece a ninguna sociedad
La oportunidad de hombres y mujeres, independientemente de su orientación identidad sexual, de participar sin discriminación en los cambios sociales, facilitaría un ambiente social más saludable. La juventud constituye un sector que promueve nuevos valores, acepta el reto de lo nuevo, están en mejores condiciones de promover la tolerancia y el respeto a lo diferente.
Género y equidad (en pos de la complementariedad)
Mujeres y hombres poseemos por naturaleza cuerpos y características físicas que nos hacen diferentes desde que nacemos, sin embargo, tomando en cuenta esas particularidades biológicas de nuestros cuerpos, socialmente se han establecido funciones y roles distinto para ambos sexos.
De esta forma, el sexo se refiere a las diferencias biológicas entre un hombre y una mujer. El género se refiere a la clasificación social de lo femenino y la masculino. Es decir, mientras el primero se refiere a lo biológico, el segundo es una construcción cultural correspondiente a los roles o estereotipos que cada sociedad se asignan a los sexos, por lo tanto se presentan diferencia culturales que responden a lo que cada cultura considera como masculino femenino.
Así, desde el momento en que nacemos, dependiendo de si se es niña o niño empezamos a recibir un trato diferenciado por parte de quienes nos rodean. Por ejemplo, se promueve la destreza física, el liderazgo y la tuerza en los varones mientras que en las niñas se fomenta la dulzura y la pasividad.
Históricamente la diferencia entre el género humano ha sido marcada fuertemente desde el inicio de la vida social. Desde entonces, la mujer no tenía derecho a ser escuchada ni a opinar, y mucho menos a elegir su papel en la familia o en la sociedad, pues existía una división de trabajo muy diferenciada; el hombre se dedicaba al trabajo y la mujer al cuidado de la casa y de la familia. Esta forma de vida fue difundida a través de generaciones, sin embargo, poco a poco la mujer ha demostrado tener suficiente capacidad de actuar en la vida social y económica, logrando excelentes resultados con grandes aportes a la ciencia y a la tecnología.
La equidad de género es la capacidad de ser equitativo, justo y correcto en el trato de mujeres y hombres según sus necesidades respectivas. La equidad de género se refiere a la justicia necesaria para ofrecer el acceso y control de recursos a mujeres y hombres por parte del gobierno, de las instituciones educativas y de la sociedad en su conjunto.
La equidad de género representa el respeto a nuestros derechos como seres humanos y la tolerancia de nuestras diferencias como mujeres y hombres; representa la igualdad de oportunidades en todos los sectores importantes y en cualquier ámbito, sea social, cultural, económico o político.
Lograr la equidad de género es un reto para todas las sociedades y gobiernos.
Es necesario que problemas como la pobreza, la falta de accesos a la educación, servicios de salud y la falta de oportunidades de empleo y trabajo productivo, dejen de recaer principalmente en las mujeres.
El término género hace referencia a las expectativas de índole cultural respecto a los roles y comportamientos de hombres y mujeres. La expresión distingue los aspectos atribuidos a hombres y mujeres desde un punto de vista social de los determinados biológicamente. A diferencia del sexo biológico, los roles de género y los comportamientos y relaciones entre hombres y mujeres pueden cambiar con el tiempo, incluso ciertos aspectos de estos roles derivan de las diferencias biológicas entre los sexos.
La igualdad de género se refiere a una situación en la que mujeres y hombres tienen las mismas posibilidades, u oportunidades en la vida, de acceder a recursos y bienes valiosos, desde el punto de vista social, y de controlarlos. El objetivo no es que tanto mujeres y hombres sean iguales, sino conseguir que unos y otros tengan las mismas oportunidades de vida. Para conseguirlo, a veces es necesario potenciar capacidades de los grupos que tienen un acceso limitado a los recursos, o bien crear esa capacidad. Por ejemplo, una de las medidas posibles es facilitar servicios de guardería para los niños con el fin de que las mujeres puedan participar en el mercado laboral al igual que los hombres. Otra posibilidad sería facilitar créditos a las mujeres del medio rural, dado que su acceso a los recursos productivos es limitado.
Por equidad de género se entiende el trato imparcial de mujeres y hombres, según sus necesidades respectivas, ya sea con un trato equitativo o con uno diferenciado pero que se considera equivalente por lo que se refiere a los derechos, los beneficios, las obligaciones y las posibilidades. El lograr la equidad de género a menudo exige la incorporación de medidas específicas para compensar las desventajas históricas y sociales que arrastran las mujeres.
Más información
Secta
Una secta es el conjunto de seguidores de una doctrina religiosa o ideológica concreta. El término se usaba originalmente[cita requerida] para aludir a comunidades filosóficas, religiosas o políticas que a través de sus enseñanzas o ritos habían roto con su comunidad de origen.
Desde el punto de vista sociológico, es un grupo de personas con afinidades comunes (culturales, religiosas, políticas, esotéricas, etcétera). Como una de las posibles acepciones del término tiene connotaciones negativas,[1] se ha sugerido el de nuevos movimientos religiosos.
Etimología
El término proviene del latín seqüi: seguir, y se aplicaba a las escuelas de filosofía (de donde viene sectátor y sectatorios: ‘adherente’, ‘seguidor’). Se han planteado dudas sobre si proviene del latín secare (‘cortar, separar’). De secare provienen las palabras «insecto» y «sector». En ambos casos está presente la idea de separación.
En Europa la palabra «secta» se ha concebido derivada principalmente de seqüi (‘seguir’). Se trata de seguir a un maestro, a un líder. En muchas sectas así sucede.
También se usa el eufemismo «nuevos movimientos religiosos». El problema de la terminología es importante, ya que desde distintas áreas del pensamiento y de la ciencia se ofrecen diversas definiciones. El experto Vicente Jara ha recopilado más de 15 definiciones antes de proponer una propia: la secta es «un grupo social depredador que practica el mimetismo y el señuelo».[2]
Los sociólogos anglohablantes utilizan la palabra sect (‘credo’, ‘culto’ o incluso ‘secta’ en su acepción menos usada) para referirse a un grupo religioso que también tiene un alto grado de tensión con la sociedad circundante, pero cuya creencia es, dentro del contexto de esa sociedad, en gran parte tradicional. El término peyorativo cult, equivalente a la palabra española «secta» en su acepción más común, indica el grupo que tiene un alto grado de tensión con la sociedad circundante.
Historia
En el mundo antiguo se consideraban a los «sectarios» como personas que seguían las enseñanzas de un filósofo.[3] Los primeros cristianos fueron llamados «secta de los nazarenos», en medios del judaísmo.